viernes, 2 de noviembre de 2007

Las estrellas mi destino


Corría el año 1956 cuando el escritor neoyorquino Alfred Bester publicaba su segunda novela en el género de la Ciencia-Ficción, Tigre, Tigre, más conocida hoy en día como Las estrellas mi destino (The Stars My Destination). La primera de sus novelas, El hombre demolido (The Demolished Man, 1953) supuso un hito en este género literario, convirtiéndose en la primera obra en ser galardonada con el prestigioso Premio Hugo de Ciencia-Ficción, que más tarde obtendrían otros maestros como Isaac Asimov, Philip K. Dick, Neil Gaiman o Alan Moore. Con esta segunda novela, Bester asentaba su categoría de genio, pues Las estrellas mi destino estuvo y está considerada como un clásico imprescindible de la Ciencia-Ficción.

Y es que el decadente y casi apocalíptico siglo XXV en el que nos sumerge Alfred Bester resulta ser un escenario demasiado atractivo como para no lanzarnos a él. Abandonado entre los restos de una nave, siendo uno más entre toneladas de basura espacial, el protagonista Gulliver Foyle pasa de vivir durante meses en un estado de desánimo completo a experimentar en unos minutos la dulce sensación de sentirse seguro de obtener su sueño, para a continuación verse traicionado por la egoísta nave Vorga. Finalmente, en su corazón sólo cabrá el rencor y el deseo de venganza, que lo moverá a través de una aventura legendaria. Todo esto en un Sistema Solar en guerra en el que las personas han sabido desarrollar sus poderes mentales para teletrasportarse y en donde la despiadada ley del más fuerte gobierna en una humanidad que parece haber perdido el control sobre sí misma. Todo esto acompañado del avance brutal de la tecnología y de las calculadas intrigas políticas y económicas de los grandes poderes del momento. Con todos estos elementos no es de extrañar que esta obra esté considerada un claro antecesor del Cyberpunk. La obra está fuertemente basada en el clásico de Alejandro Dumas El Conde de Montecristo, la novela de venganza por excelencia, y el título original Tigre, Tigre proviene de un famoso poema del inglés William Blake titulado The Tyger, muy estudiado y aludido en obras anglosajonas, como Watchmen, de Alan Moore.

A mi entender, en Las estrellas mi destino la inventiva, las descripciones, el ritmo trepidante del argumento y el desarrollo de los personajes son de un nivel altísimo y hacen de esta obra una lectura vibrante, aunque también es verdad que la narración podría estar mejor hilada a lo largo de la novela. En todo caso, si os gusta la Ciencia-Ficción no podéis dejar pasar este clásico, publicado en castellano por la genial editorial Gigamesh. Adentraos en un mundo en el que las pasiones determinarán el destino de la humanidad.

2 comentarios:

Lucer dijo...

Gran reseña, cuando pueda caerá en mis manos ;)

El Bastardo Recalcitrante dijo...

Desde luego , como siempre jose , haces una critica acertada y en elsentido apropiado del tema , a pesar de que no la he leido tu comentario resulta...estimulante.