
Corría el año 1956 cuando el escritor neoyorquino Alfred Bester publicaba su segunda novela en el género de
Y es que el decadente y casi apocalíptico siglo XXV en el que nos sumerge Alfred Bester resulta ser un escenario demasiado atractivo como para no lanzarnos a él. Abandonado entre los restos de una nave, siendo uno más entre toneladas de basura espacial, el protagonista Gulliver Foyle pasa de vivir durante meses en un estado de desánimo completo a experimentar en unos minutos la dulce sensación de sentirse seguro de obtener su sueño, para a continuación verse traicionado por la egoísta nave Vorga. Finalmente, en su corazón sólo cabrá el rencor y el deseo de venganza, que lo moverá a través de una aventura legendaria. Todo esto en un Sistema Solar en guerra en el que las personas han sabido desarrollar sus poderes mentales para teletrasportarse y en donde la despiadada ley del más fuerte gobierna en una humanidad que parece haber perdido el control sobre sí misma. Todo esto acompañado del avance brutal de la tecnología y de las calculadas intrigas políticas y económicas de los grandes poderes del momento. Con todos estos elementos no es de extrañar que esta obra esté considerada un claro antecesor del Cyberpunk. La obra está fuertemente basada en el clásico de Alejandro Dumas El Conde de Montecristo, la novela de venganza por excelencia, y el título original Tigre, Tigre proviene de un famoso poema del inglés William Blake titulado The Tyger, muy estudiado y aludido en obras anglosajonas, como Watchmen, de Alan Moore.
A mi entender, en Las estrellas mi destino la inventiva, las descripciones, el ritmo trepidante del argumento y el desarrollo de los personajes son de un nivel altísimo y hacen de esta obra una lectura vibrante, aunque también es verdad que la narración podría estar mejor hilada a lo largo de la novela. En todo caso, si os gusta
2 comentarios:
Gran reseña, cuando pueda caerá en mis manos ;)
Desde luego , como siempre jose , haces una critica acertada y en elsentido apropiado del tema , a pesar de que no la he leido tu comentario resulta...estimulante.
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