viernes, 14 de diciembre de 2007

¿Hacia donde va el futuro del comic?

La historieta gráfica siempre ha sido un género que ha despertado gran interés. Lamentablemente, sus obras se suelen considerar lecturas infantiles, y la sociedad les da de lado argumentando poca seriedad. Al fin y al cabo, la gente sólo ve dibujitos y personajes con disfraces y superpoderes; todo muy fantasioso. Por desgracia, la inmensa mayoría de estas personas jamás han tenido un comic delante más allá de los tebeos del Pequeño País, que evidentemente son infantiles. Pero es algo común en nuestra sociedad occidental criticar lo que no conoces, costumbre penosa en mi opinión. Ocurre como con los videojuegos, que los que no han tenido la suerte de criarse con ellos (pues son una de las mejores formas de ocio para los niños) los desdeñan considerándolos vacíos y superficiales hasta que tienen uno delante, cosa que por suerte es cada vez más común, gracias a campañas como la de Nintendo y sus nuevas consolas. Los comics aun no tienen un proceso de socialización tan amplio como el de los videojuegos, pero personalmente veo cada vez más un acercamiento entre el mundo del comic y la sociedad en general. Esto va rompiendo las barreras de incomprensión, porque el problema es que no se comprende al mundo del comic, como indicaba al principio del artículo. Sin embargo veo una actitud interesada en los sectores económicos y empresariales en potenciar el mundo del comic y llevarlo al nivel de otros géneros de entretenimiento como la literatura o el cine. Lo más seguro es que hayan encontrado en la historieta gráfica un filón de oro sin explotar, y ya sabemos como actúa el sistema capitalista en estas cuestiones: lo explotarán, lo intentarán modificar hasta hacerlo completamente maleable por ellos, y una vez deje de dar dinero lo tirarán. Si esto sucede así, ya veréis como en algún momento aparece el “comic alternativo”, como ocurre con la música, el cine o el arte tradicional. Una parte de algo que ya pertenece a “lo alternativo” será reconocida como tal, resulta irónico. De todas maneras, no anticipemos acontecimientos. Antes expondré las razones que me llevan a pensar en la existencia de esa socialización del comic potenciada “desde arriba”.

La primera razón, y probablemente la más perceptible por todos, es la inmensa cantidad de películas que se llevan haciendo en la última década sobre personajes de comic. Primero, como no, fueron Marvel y sus héroes los que comenzaron esta nueva ola de películas comerciales. Así, relativamente recientes, tenemos largometrajes sobre Hulk, Los 4 Fantásticos, El Motorista Fantasma, Dare Devil, Elektra o sendas trilogías de X-Men y Spiderman. Pero la firma de Stan Lee no ha sido la única que ha dado algo de vidilla a Hollywood, también en el campo del comic menos comercial hemos tenido grandes filmes, como las adaptaciones de Sin City y 300 de Frank Miller, V de Vendetta de Alan Moore o Stardust de Neil Gaiman. Y no hay que olvidarse de la vuelta de Superman y Batman. Además de las películas, es importante darse cuenta de que los espacios dedicados al comic han crecido mucho en los medios de comunicación de primer nivel. El abril pasado, durante el Salón del Comic de Barcelona, pude ver cómo todas las cadenas de televisión estatales tenían reporteros cubriendo este evento, y programas como Cuatrosfera o adaptaciones de obras del género como Corto Maltés demuestran igualmente este interés. Así mismo, este fenómeno se ha empezado a dar a la inversa: la estrella del motociclismo Valentino Rossi tiene ahora su propio comic autobiográfico ilustrado nada más y nada menos que por Milo Manara. Es decir, ya no solo el comic se convierte en fenómeno mediático, sino que lo mediático se hace comic. Un tercer argumento que tengo para pensar en la socialización del comic es algo apreciable por cualquiera. Si vais a las grandes librerías que haya en vuestras ciudades, fijaos en que el espacio al comic no es sólo ya que exista, sino que además crece. En La Casa del Libro, por ejemplo, se ha visto perfectamente este proceso durante los últimos años, ocupando ahora varias estanterías. En el Corte Inglés ocurre lo mismo, por poner otro ejemplo, y en otras librerías importantes a nivel local también he podido verlo.

Este proceso probablemente se esté dando porque el nivel de creatividad y de impacto que tienen las historias de los comics ha demostrado que puede aportar mucha savia nueva al panorama mundial del entretenimiento, pues son obras que tienen una profundidad de la que carecen los guiones típicos yankis en los que los rusos y musulmanes son demonios que sólo buscan arrasar sus bonitos barrios residenciales (es irónico para el que no lo pille) y el American´s Way of Life. E igualmente ocurre aquí en Europa, pero por motivos bien distintos a los de E.E.U.U, pues más bien no creo que la cuestión tenga en este caso tanto que ver con el cine (que es débil aquí respecto al norteamericano) como con que las virtudes de las novelas gráficas se han descubierto y se aprecian como fenómeno cultural de primer nivel, saliendo poco a poco de la subcultura a los niveles más altos de socialización. Esto ocurre también gracias a la apertura del comic a nuevas temáticas, como demuestran Persépolis (también en cines próximamente) o Píldoras Azules, del que podéis ver una reseña hecha por Lucer en este blog.

Una de las principales cuestiones a la hora de analizar este tema es saber qué fue antes, si los sectores dominantes descubrieron el comic y lo potencian, o si el comic evoluciona tanto él mismo que mejora hasta el punto de romper las barreras sociales que le tenían encerrado, y entonces llegaría el interés de los de arriba. Es un poco lo del huevo y la gallina, y probablemente fue un proceso en el que ocurrieron en parte ambas cosas. En cualquier caso, no me parece que sea algo que debamos rechazar, sino más bien disfrutar. Cuanta mayor socialización haya de algo que nos guste, más facilidades de obtener ese algo. Además, no podemos ser exclusivistas, pues si ese mismo algo nos ha aportado algo importante a los que disfrutamos del género, debemos permitir que también se lo aporte al resto de la sociedad. Eso sí, tenemos que evitar, cada uno en la medida que pueda, lo que ya apunté unas líneas más arriba, el más que posible hecho de que si el comic se convierte en algo comercial baje su nivel. Que esto le ocurra a algún título sería inevitable, pero el género no puede convertirse en una serie de argumentos sin sentido como sucede con el cine o con mucha literatura. De todas maneras, habrá que ver cómo avanza la cosa, puede que sólo consista e una leve fiebre y sea lo que toca ahora, o puede que se cree escuela. Personalmente yo prefiero lo segundo.

3 comentarios:

Nosferatu dijo...

Buen artículo, pero un par de apuntes:
Stardust de Neil Gaiman no es un comic, es un libro (cuando quieras te lo dejo, está muy bien)
Es cierto que el mundo del comic cada vez se acerca mas, yo mismo he leido recientemente v de vendeta y sobre todo Sandman (todo) y me parece grande.
Si el mundo del comic crece, probablemente salga mucha mas basura, pero también hay que tener en cuenta que va a haber muchos mas aficionados, gente que hará cosas de calidad, y los viejos rockeros como Gaiman o Miller seguirán dando lo maximo de si mismos, así que yo creo que sería positivo.

Anónimo dijo...

Si claro, si yo pretendia decir que si que es positivo, pero q espero q no haya demasiada mierda ni demasiado control, porq me parece que ahora es bastante libre y eso mola.
Ok tio, en cuanto tenga tiempo para leer lo que quiera te pido el libro, siendo de Gaiman tiene q ser la polla.

Lucer dijo...

Hay que solucionar lo de reducir entradas ;)

Buen artículo